Sentaditos inclinen su rostro y vamos a orar
Sentaditos inclinen su rostro y vamos a orar
Jactancia.- Segun el Diccionario de la RAE, significa: Alabanza propia, desordenada y presuntuosa. Según este concepto podremos ver que nadie está libre de la jactancia. Todos en algún momento nos hemos jactado de ser o hacer algo en la vida. Seguramente incluso nos hemos jactado de ser buenos cristianos y mirado con indiferencia por ejemplo al alcohólico, drogadicto, ladrón, etc.
Con el pasar del tiempo, los cristianos crecemos en la fe y los conocimientos de la palabra y muchas veces nos enfocamos más en la parte externa el cual será siempre a vista de los demás. Olvidamos que vamos a la iglesia porque necesitamos arrepentirnos cada día y que somos pecadores y necesitamos siempre de nuestro Salvador; llegamos un punto donde el ir a la iglesia es más; importante porque necesitamos satisfacer la necesidad externa de que los demás hermanos no hablen mal de ti por tu inasistencia. O simplemente porque el pastor de la iglesia te invitó "y tu le prometiste ir este domingo" y no puedes fallarle.
Realmente nuestra vida no es tan diferente a la del fariseo explicado por Jesús en la Parábola del Fariseo y el Publicano.
Mateo 18:9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola.
El fariseo: Jesús hace hincapié que éste oraba puesto de pie. Cuando sabemos que realmente necesitamos el auxilio de nuestro salvador. Por ejemplo, un familiar que amamos a punto de morir, nos acercamos a Dios con el corazón partido. y simplemente caemos de rodillas y en ese momento de súplica ferviente no nos importa ni como está el piso. y no vamos a buscar una alfombrita o algo blandito que no lastime nuestras rodillas. En ese momento simplemente caemos de rodillas y el cuerpo se humilla totalmente tanto que nuestro rostro toca hasta el piso, señal que comparado con el supremo estamos muy pero muy abajo.
Es cierto, el fariseo oraba a Dios, pero como Jesús resalta "puesto en pie" señal de que su corazón no está humillado ante la presencia del Supremo. Y lo peor; jactándose a si mismo de ser mejor que los otros y humillando mucho más al publicano.
Mientras que el publicano estando lejos, ni siquiera quería acercarse a la presencia de Dios porque sabía que en su condición siquiera era digno de estar ante la presencia del Santo y Poderoso Dios. No quería mirar al cielo, es decir no quería levantar un poco la cabeza y solo quería estar humillado delante de la presencia de Dios.
Nuestra vida cristiana debería ser así diariamente, vivir humillados en la presencia del Dios Altísimo, orar de rodillas con súplica ferviente, no como para que escuchen otros lo bonito que oras, sino porque tu corazón te ordena que te humilles ante la presencia de Altísimo y que no soy nada ante Dios.
reconocer que, lo que somos o lo que hicimos no es nada ante la presencia de Dios Altísimo. Orar a Dios en comunión personal con El, No por hablar o decir mejores palabras en tu oración Dios te hará caso o priorizará en tus peticiones, sino solamente en el estado de tu corazón humillado y contrito.
Tampoco por estar de rodillas, parado o sentado. Dios no se fija en la posición del cuerpo sino en el Corazón.